Este
amor, yo lo tenia en mi billetera
Nos
conocimos con unos tragos, pedi un bolígrafo prestado y escribí poemas de amor
con risas, abro una cuenta para depositar nuestras sonrisas, tomamos vasos
llenos de posibilidades, eramos semillas de buenas personas y queríamos
cultivarnos, mi interés fue exponencial y mis brazos alrededor de tu cintura
eran libres de costo.
Te
paraste en una esquina y me miraste a la cara, preguntaste si conocía mis virtudes,
usabas un sweater que tenia tu olor particular y me pregunte por que la
desnudez de tus hombros me abrumaba tanto.
Todo
comenzó la primera vez que me tocaste
En
medio segundo, antes de que pudiera levantarme derecho, tu personalidad cambio,
dividimos la cuenta y mi valor se redujo tres veces, mis besos no podían ni
ponerse en la cesta de los productos a mitad de precio. Mi amor iba rápido a
precios de oferta y promoción, para que se lo llevaran rápido.
Me
miraste a los ojos y actuaste como si mi placer y felicidad no mereciera tu
tiempo, tomaste mis manos para evitar que buscara una segunda opinión, moviste
tus labios para formar palabras que deletreaban melancolía, para mi. Tus
palabras silenciaron el sonido de las mías y seguías tomando mis manos.
Me
mantenias, escribiéndome para ver si nos veíamos y nunca ocurria, como si mi
tiempo costara 50 centimos y me parecía gracioso el hecho de que cada vez que
compartíamos gastábamos un poco mas
que
eso, cada vez que ponías una mano en mi espalda, un abrazo, un beso, me sentía
robado.
Eres
una estafa, un hoyo negro en mi economía emocional, me sentía como un niño
esperando carbón para navidad y ese día que te arrepentiste de dar pie a las
cosas, ya mi precio no era de oferta, era un donativo y esa cuenta donde
depositamos nuestras sonrisas, estaba vacía. Ya mi crédito estaba manchado.
Recibía llamadas y correos, reclamándome que porque no había cobrado mi liquidación, lo
merecido por mi trabajo realizado, porque todos estaban al tanto de que tu
economía emocional no te daba ni para una botella con agua.
lamento las tristezas, escribiré las palabras en trozos de papel y
las pondré en las grietas de las paredes, son parecidas a mis comisuras. Se que trataras de darme limosna
emocional, cada tanto, para evitar que me muera de hambre. Porque mientras
endulzas tu vida con placeres encontrados, recuerda que cada tanto, hace frio
por estos lados
Yo
tengo suficiente para mantenerme tibio, las capas que fui construyendo y a
pesar de esto siento que no hace tanto frio, el frio es un lujo: lento,
paciente, eventual. Ahorrare mis centavos y tu seguirás derrochando los tuyos,
yo eventualmente me ire y podre contar esas historias de cuando me dejaste en bancarrota.
Hasta
que un día seguramente, conocere a una experta en estas finanzas emocionales,
que administre nuestras cuentas, que tenga carreras y postgrados, sonreiré.